Cannabis - Cómo funciona el efecto de su consumo

Podemos encontrar referencias sobre las ventajas terapéuticas del cannabis en la antigua China o en la Grecia clásica. En cada época, la marihuana se ha usado de diferentes formas para provocar bienestar físico y psíquico. A pesar de que en la actualidad, el consumo de cannabis está cada vez más aceptado, aún existen muchas preguntas sobre sus efectos en nuestro organismo.

Efectos del consumo de cannabis

La marihuana es un psicoactivo, es decir, es una planta que altera el sistema nervioso central y afecta a nuestra percepción y estado de conciencia. Los efectos más reconocibles son:

  • Sequedad en ojos y boca
  • Ligero aumento del ritmo cardíaco
  • Enrojecimiento ocular
  • Sensación de euforia
  • Percepción más intensa de actividades placenteras

En algunos casos, se pueden experimentar mareos o sudor frío. Los efectos pasan tras una hora y desaparecen del todo al cabo de dos o tres.

Duración y distintos niveles de “subidón”

Un factor clave es la cantidad de THC del producto que fumes o ingieras, es directamente proporcional a la duración del subidón dependiendo de si se consume la hierba (marihuana) o la resina (hachís). El hachís es más potente e induce a un estado más inactivo y somnoliento.


La tolerancia al THC es otro de los factores clave. Si es una de las primeras veces que se consume y se han dado varias caladas a una variedad de potencia media, el efecto podría durar hasta tres horas. A los consumidores habituales no les afecta tanto. Incluso si fuman más, el subidón no les durará más de un par de horas.

El cannabis permanece en el organismo mucho tiempo. Sin embargo, no es intoxicante, por lo que no se puede morir o intoxicarse por consumir demasiada marihuana. No se puede considerar ni un estimulante ni un opresor. Depende mucho del consumidor, algunos consumen cannabis para relajarse y otros para activarse. Por otro lado, a diferencia del alcohol, no produce resaca.

Adicción al cannabis

Existe mucho debate sobre lo adictivo de la marihuana. Fisiológicamente, parece claro que no produce adicción ya que si se interrumpe su consumo, no hay síndrome de abstinencia. Pero no se puede asegurar que no se experimente dependencia psicológica como todo lo que se convierte en un hábito.