Capítulos adicionales de la guía de cultivo


Germinación de las semillas de cannabis

El éxito del cultivo de las semillas de cannabis comienza cuando las mismas germinan, salvo que estemos trabajando con plantas pequeñas, en cuyo caso el proceso es mucho más sencillo. En este artículo te daremos las claves de los tres métodos principales de germinación de las semillas de cannabis. Sin embargo, antes de abordar el tema, te vamos a hablar de un aspecto esencial para tener éxito en el cultivo: ¡la limpieza!

Durante la fase de germinación, las semillas de cannabis son muy frágiles y sensibles frente al ataque de gérmenes y enfermedades externas. Por lo tanto, debes procurar tener una higiene impecable, tanto en el entorno de trabajo como en las herramientas que utilices. Para ello, te aconsejamos que desinfectes siempre tus manos con un producto especial.

Después de este breve consejo, te presentamos los tres métodos principales con los que conseguirás germinar tus semillas de cannabis.


Métodos de germinación de las semillas de cannabis

Método de las servilletas de papel (sobre una superficie húmeda)

Este método se utiliza con mucha frecuencia porque es muy fácil de practicar; consiste en hacer germinar las semillas sobre unas servilletas de papel húmedas.

Los pasos de este método son los siguientes:

  • Esparce las semillas sobre servilletas o papel de cocina

Coloca una servilleta de papel o un papel de cocina sobre un plato. Ten en cuenta que el papel debe ser lo suficientemente grueso para absorber y retener el agua. Tras humedecer el papel con agua, coloca sobre el mismo las semillas de cannabis. Intenta que haya suficiente distancia entre ellas, de modo que quede espacio para que se puedan formar las primeras raíces (con unos centímetros de distancia es suficiente).

Para manipular las semillas es preferible utilizar una cuchara o unas pinzas. Evita tocar las semillas con los dedos. Una vez distribuidas las semillas, coloca sobre ellas otra servilleta de papel húmeda.

Advertencia: ¡La servilleta de papel tiene que estar húmeda, pero no empapada! Asimismo, controla que no queden zonas secas alrededor de las semillas.

  • Cubre las semillas

Coloca un plato hondo sobre las semillas para que se conserven en un entorno húmedo. Las semillas deben germinar en la oscuridad, con una temperatura que oscile entre los 20 y los 25 grados.

Comprueba periódicamente la humedad de las servilletas de papel. Si ves que están demasiado secas, rocía un poco de agua por encima. Ten en cuenta que las semillas son extremadamente sensibles en esta etapa, por lo que ¡no debes tocarlas con los dedos bajo ninguna circunstancia!

  • Plantación de las semillas

Después de dos a cuatro días, dependiendo de la variedad de las semillas, aparecen pequeños brotes blancos. En este momento puedes plantar las semillas o colocarlas sobre lana de roca (fibra de vidrio), según el método que hayas elegido.

Importante: ¡No toques nunca las semillas con los dedos! Son muy sensibles y podrían contraer un germen. Utiliza siempre pinzas desinfectadas.

Planta las semillas en un pequeño agujero de aproximadamente 0,5 cm de profundidad y cúbrelas con tierra. No riegues en exceso las semillas. La tierra tiene que estar húmeda, pero no empapada. Lo mejor es que utilices un pulverizador de agua para regar las semillas.

Después de una semana, las primeras plantas verdes empezarán a salir del suelo. A partir de este instante, tienes que empezar a iluminar las pequeñas plantas de cannabis. La mejor opción es la iluminación con luces LED especiales o luces de neón. Puedes encontrar consejos sobre este tema en nuestro capítulo especial dedicado a las distintas lámparas e iluminación para la germinación de las semillas de cannabis.

El método del vaso de agua

  1. Otra forma de germinar semillas de cannabis es el método del vaso de agua. Empieza por poner las semillas en un vaso de agua fría. Es importante que el agua esté fría, ya que está más oxigenada, por lo que favorece la germinación.
  2. Después de dos o tres días aparecerán pequeñas raíces blancas y tendrás que retirar suavemente las raíces del vaso. Usa para ello una cuchara o unas pinzas esterilizadas y no utilices nunca los dedos. Posteriormente, planta las semillas en tierra o en lana de roca. Al igual que sucede con el método de las servilletas de papel, para plantar las semillas tienes que hacer un pequeño agujero, de 0,5 cm como máximo, en el que colocarás las semillas. Después tendrás que cubrirlas con tierra suelta. Como en el caso anterior, es importante mantener la tierra húmeda pero no en exceso, para que los primeros tallos verdes puedan emerger del suelo.
  3. Una vez que las plantas jóvenes han surgido del suelo, tienes que proporcionarles luz con un tubo fluorescente o una lámpara LED, como en el método anterior.

Germinación directa sobre un soporte o macetero

La ventaja de este método radica en que no es necesario manipular o trasplantar las plantas muy jóvenes. Sin embargo, requiere un poco más de paciencia.

  • En este sistema tienes que colocar las semillas en la tierra, en un agujero de aproximadamente un centímetro y luego cubrirlas con tierra suelta (consulta nuestro capítulo sobre tierra y tierra para macetas para elegir la mejor). ¡Asegúrate de que el suelo esté húmedo pero no empapado!

Para que las semillas germinen de forma óptima tienen que estar a una temperatura de entre 20 y 25 grados. Para crear un clima ligeramente húmedo se recomienda colocar una funda de plástico perforada con pequeños agujeros en la maceta.

Si no piensas cambiar el macetero más tarde, se recomienda usar uno de al menos 20 litros.

  • Después de cinco a diez días, las semillas empezarán a crecer y a llegar a la superficie. En este momento tendrás que iluminarlas. Sin embargo, tienes que tener en cuenta que la germinación completa puede tardar de dos a tres semanas. Ten paciencia y no busques las semillas. ¡Dales tiempo para que crezcan!


Mantenimiento de las plántulas

Los principiantes suelen cometer tres errores básicos en cuanto al riego, la temperatura y la iluminación. Repasemos estos aspectos básicos:

El agua

Las semillas y las plantas jóvenes necesitan una hidrometría fuerte. Asegúrate de que la tierra esté siempre húmeda. No debes mojar la tierra bajo ninguna circunstancia. Demasiada agua impide la oxigenación adecuada y estropea las plantas. Usa siempre un pulverizador de agua, para humedecer la tierra ligeramente.

La temperatura

En plena naturaleza, las semillas de cannabis comienzan a germinar en la primavera, cuando los días se vuelven un poco más cálidos. La temperatura también se debe adaptar para su cultivo. La temperatura óptima para la germinación oscila entre los 20 y los 25 grados.

La luz

Tan pronto como las plántulas se hayan plantado en su sustrato, deben colocarse debajo de una lámpara de neón o LED. La luz les da fuerza a las plántulas y permite que germinen. Encontrarás consejos detallados sobre la elección de lámparas en nuestro capítulo sobre la iluminación óptima para la germinación de las semillas de cannabis

Errores de principiante

  • Los cultivadores sin experiencia tienden a cuidar demasiado sus semillas; las tocan, las desentierran y las cambian de lugar. Sin embargo, esto es un error puesto que al principio es necesario dejar que las semillas reposen y hay que manipularlas lo menos posible.
  • Otro error frecuente consiste en regar las semillas con demasiada agua. Las plantas de cannabis necesitan humedad pero demasiada agua puede llegar a ahogarlas. Elige siempre un suelo ligeramente húmedo y riega las semillas solo cuando lo necesiten. Si has plantado la semilla en una maceta, coloca en la misma un desagüe para que se pueda eliminar el exceso de agua.
  • Por último, el error más frecuente del novato es la falta de paciencia. Algunas semillas tardan de dos a tres semanas en germinar. ¡Dales tiempo para que crezcan!