Capítulos adicionales de la guía de cultivo


El suelo ideal para cultivar cannabis

Para cultivar cannabis, puedes usar sustratos ya preparados o componer tus propias mezclas de tierra.

Los cultivadores profesionales suelen hacer sus propias mezclas, pero a los principiantes se les recomienda utilizar un producto ya preparado. Este capítulo explicará los conceptos básicos de ambas variantes.

Mezclas ya preparadas

El cultivo en tierra es siempre la modalidad más elegida. En principio puedes utilizar tierra universal, de la que suele venderse en las tiendas de jardinería, para tus plantaciones de cannabis, pero hay algunas cosas que debes saber. Las mezclas más baratas pueden ser muy pobres en nutrientes, así que es recomendable optar por un sustrato de máxima calidad. Los grow shops o tiendas especializadas ofrecen mezclas perfectas para el cultivo de cannabis.

Los suelos para plantas verdes o palmeras son especialmente adecuados para el cannabis. Son un poco más caros, pero al final del día funcionan mucho mejor que la tierra básica para macetas.


Consejos para comprar sustratos:

  • No compres la tierra más barata porque en su precio se refleja su composición. Recuerda que el cultivo permanecerá en esa tierra de principio a fin, así que es importante que apuestes por un suelo de calidad.
  • Para plántulas y plantas jóvenes, debes usar un suelo especial (menos rico en nutrientes). Contiene menos aditivos y no contiene fertilizantes. Esto es importante para las plantas jóvenes, porque un exceso de aditivos puede estresar o incluso dañar las plantas.

Preparar tus propias mezclas

Muchos cultivadores prefieren hacer su propia tierra para el cultivo, lo que por supuesto tiene algunas ventajas. Esto requiere también un poco más de experiencia, por lo que a continuación te ofrecemos un protocolo de fabricación y algunas posibles mezclas:

Paso 1: la base del preparado

Puedes comprar tu suelo en una tienda, pero ten en cuenta que el suelo universal básico no es adecuado para el cultivo de interior. Su consistencia y nutrientes suelen ser insuficientes para las demandas de la planta de cannabis.

Por lo tanto, es necesario prestar atención a la calidad y la presencia de ciertos ingredientes en el suelo base. El suelo debe contener tantos elementos como sea posible de esta lista:

  • turba
  • guano
  • vermicompost
  • compost
  • lignito
  • arena
  • vermiculita
  • harina de concha de ostra
  • fibra de coco
  • perlita (la perlita es lava triturada que almacena humedad y contribuye en gran medida a limpiar el suelo)

Una bolsa de 50 litros de tierra para macetas de alta calidad puede costar hasta 20 euros, pero ¡no ahorres en eso porque vale la pena!


Paso 2: agregar los nutrientes

Los nutrientes a agregar dependen de la base comprada en el paso 1. Los componentes que tienes que agregar, si no están presentes en la base del suelo, son los siguientes:

  • vermicompost (fertilizante rico en nitrógeno que garantiza la obtención de plantas verdes y sanas)
  • guano de murciélago
  • oligoelementos


Paso 3: tratar la mezcla

Es importante distribuir los elementos en la tierra de manera uniforme, ya que no debe haber un área en la que se concentre un solo elemento. Es fundamental mezclar los ingredientes con cuidado y durante mucho tiempo.


Posibles mezclas:

Receta 1:

  • 32 % perlita
  • 32 % suelo universal de alta calidad
  • 31 % vermicompost
  • 3 % de guano
  • 2 % de cal dolomítica

Áreas de uso:

Gracias a su alto porcentaje de perlita (33 %), esta mezcla es especialmente adecuada para el cultivo en bodega, ya que reducirá la evaporación. La perlita retiene el aire y la humedad del suelo; si la tasa de evaporación es alta, el suelo se seca demasiado rápido.


Receta 2:

  • 50 % tierra para macetas
  • 20 % compost fresco
  • 15 % de vermicompost
  • 10 % perlita
  • 3 % arena
  • 2 % polvo de roca

Áreas de uso:

Esta mezcla tiene un porcentaje mucho mayor de perlita y, por lo tanto, es muy adecuada para el cultivo de interior. Por regla general, la evaporación es mucho mayor que en un sótano.

Nota:

La mezcla de la tierra debe reposar durante unos tres meses antes de ser utilizada para que los diferentes componentes puedan combinarse bien entre sí.